viernes, 16 de mayo de 2014

Hoy


Hoy me duele el olvido,
la casualidad, 
las lunas, 
las sonrisas, 
las miradas, 
los abrazos, 
las promesas, 
las letras, 
las cartas y los detalles. 

Hoy me duele la realidad. 
Hoy te sigo amando y perdiendo de a poquitos.

No te olvido.

Me siento impotente al no encontrar un acto de perdón o una palabra de arrepentimiento que te devuelvan a mis brazos. Sé que el dolor que estoy causando no lo puedo arreglar con palabritas ni un ramo de flores.
Guarda las lunas, las sonrisas, las manos entrecogidas, los besos, las madrugadas, las canciones, las lagrimas, las peleas y cada obstáculo que pasamos para poder llegar a la palabra Te amo. Un error no va a sobrepasar lo que siento ni tampoco los comentarios de terceros. Sólo tú y yo sabemos las lagrimas y las sonrisas que tuvimos que pasar para llegar hasta aquí. Tú me conoces. Tal vez ahora la situación quiera hacerte pensar lo contrario, pero en lo más profundo del recuerdo sabes en qué mujer me convertí  gracias al amor que cultivamos.
Perdóname luna. No sé sí volveré a sentir el calor de tu cuerpo o el amor de tu mirar pero cada momento, cada gesto, cada letra la llevaré conmigo. Llévate mis alas, mis caricias y mi corazón.
La luna la vamos a seguir compartiendo hasta el último día de nuestros días. Mientras tanto yo seguiré amándote, tal vez no cómo antes, pero cómo algún día te dije, te amaré hasta donde Dios me lo permita.
¿Qué va a pasar mañana? No lo sé. Pero guardo la certeza de que por más días, semanas, meses o años que pasen junto a tú ausencia, el orgullo y el agradecimiento que tengo hacia a la vida por haberte puesto en mi camino es infinito. SIEMPRE te llevaré en lo más profundo de mi alma.
TE AMO LUNA.

Pero no me dejes.

Te regalo mi cuerpo, mi luna, mis letras, mis promesas y mis canciones. Pero no me dejes.
No sé qué hacer con el recuerdo de tú mirar, de tú sonrisa, de tus abrazos, de los besos con chocolate, de las lagunas alumbradas, de los te amo sonrojados y de los despertares a tu lado. 
¿No ves que el dolor y la impotencia de no tenerte me está desvaneciendo? ¿No ves que soy humana y cometo errores? errores que hoy nos duelen y quieren ponerle fin a nuestras madrugadas, soles y lunas. No me dejes, que la desesperación y la soledad me están llamando.